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miércoles, 24 de abril de 2013

De qué depende la longevidad - Tu cerebro más joven





Longevidad depende de un: CEREBRO JOVEN

Demasiadas veces se relaciona la vejez con la pérdida de facultades mentales.

Pero especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser.


“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)


Pone como ejemplo de longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE UU) llamado Mankato.

Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una cuantas centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.

Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman:

Fue portada de la revista Life porque impartió clases hasta los 97 años.

Otra hermana, Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.

Las monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana.

Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases.

Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculos.

Estudiosos del cerebro humano han demostrado que la red neuronal del cerebro nunca es la misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad, fortalecemos unas conexiones a la vez que debilitamos otras.

Cada experiencia enciende su propio patrón de neuronas, por lo que el mapa cerebral cambia sin cesar.

Ésa es la buena noticia: Puesto que el buen estado de los circuitos del cerebro depende de lo que hacemos con él, podemos evitar la pérdida de facultades mentales tonificando nuestra materia gris con retos y estímulos de calidad.

Las 7 claves de un cerebro joven:

“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André Maurois) 

Según el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:

1. Ejercicio:

Según los especialistas en terapias anti-edad, el mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejoran el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre.

Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son esenciales para el pensamiento.

Por tanto, el ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.

2. Buena alimentación:

El consumo de alimentos ricos en antioxidantes: Frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde, no sólo ayuda a prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro.

Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.

3. Aprender siempre:

Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad.

4. Mantener la calma:

Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura: “El estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria”. 

En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.


5. Dormir suficiente:

Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas planteados el día antes.
Esto se debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad.

La expresión: “Voy a consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír:

El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que nos hace “sentir bien”.

La risa nos ayuda a relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.

7. Aprovechar la experiencia:

Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar problemas nuestros o de otras personas, para los que una persona joven no está preparada.

Juegos para el cerebro:

“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen. Envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro músculo pensante. Y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para la vitalidad y ginko biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el juego es el protector número uno de las facultades mentales.

La terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal:

• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los solitarios.

• Rompe cabezas, mecanos y otros juegos de construcción.

• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.

Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales.

Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.

Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.

Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida..

Proverbio irlandés:

“Nunca lamentes que te estás haciendo viejo, a muchos les ha sido negado este privilegio”
Anónimo


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