LIBROS -

viernes, 9 de septiembre de 2011

LAS COSAS SON ASI




Sabed que todas las cosas son así:
Un espejismo, un castillo de nubes
Un sueño, una aparición
Sin esencia, pero con cualidades que pueden verse...

Sabed que todas las cosas son así:
Como la luna en un cielo brillante
En algún lago transparente reflejada,
Aunque a ese lago la luna nunca se ha desplazado...

Sabed que todas las cosas son así:
Como un eco proveniente
De música, sonidos y llanto,
Y sin embargo en ese eco no hay melodía.

Sabed que todas las cosas son así:
Como un mago que crea ilusiones
De caballos, bueyes, carros y otras cosas
Nada es lo que aparenta ser.

Sogyal Rimpoché










LOS TERRITORIOS TERAPÉUTICOS

 Si nuestra medicina moderna está en crisis, si buena parte de los servicios de prestación de salud están en quiebra, si antiguas enfermedades como las venéreas y la tuberculosis, están de nuevo hoy en peligroso ascenso, si, en una palabra, no somos hoy más sanos, en el sentido total de ser más íntegros, ¿Dónde está, nos preguntamos, nuestro avance en términos de humanidad? ¿Acaso hemos conseguido más paz, más amor, una mayor libertad? ¿Podríamos decir en serio que somos hoy más responsables, tolerantes y felices?
Los sistemas médicos son estrategias de supervivencia de las culturas. Ni mejores ni peores, son simplemente modelos adaptativos que responden implícita o explícitamente a una cosmovisión. Desarrollar una medicina exclusivamente fundamentada en el método científico revela también una visión del mundo delimitada y enmarcada por los límites de la materia, que considera a la mente y a la consciencia como sus derivaciones o subproductos. Pero otras cosmovisiones vigentes social y culturalmente entre grandes culturas humanas conciben exactamente lo contrario: Que la materia y el cuerpo son derivados de la mente y la consciencia.
¿Cómo conciliar, en un mundo sediento de integridad y síntesis, visiones del mundo y sistemas médicos tan diferentes? Si nuestra medicina moderna está en crisis, si buena parte de los servicios de prestación de salud están en quiebra, si antiguas enfermedades como las venéreas y la tuberculosis, están de nuevo hoy en peligroso ascenso, si, en una palabra, no somos hoy más sanos, en el sentido total de ser más íntegros, ¿Dónde está, nos preguntamos, nuestro avance en términos de humanidad? ¿Acaso hemos conseguido más paz, más amor, una mayor libertad? ¿Podríamos decir en serio que somos hoy más responsables, tolerantes y felices? ¿Qué hemos hecho de nuestro antiguo miedo de morir, que gravita sobre la vida, de tal manera, que a veces el arte de vivir se reduce al arte gris de sobrevivir?.
Aunque pareciera impensable hoy, por nuestros avances, en muchos frentes también estamos perdiendo la guerra contra los microbios. Pero, ¿Es la muerte la enemiga? ¿O las bacterias, o el dolor?. ¿La vieja estrategia evolutiva límbica de atacar o de huir parece que ya no da más resultados cuando se trata, no de sobrevivir, sino de conquistar una buena calidad de vida. No es, en el plano humano, el creced y multiplicaos o la supervivencia de los más aptos lo que permitirá la emergencia de una humanidad mejor. No es garantizar una vida mejor. Es la cualidad de la relación con todos y con todo, con los bichos y el dolor, con la naturaleza, nuestra propia naturaleza en ella inmersa, donde podemos encontrar una respuesta.
Este paradigma nuevo tiene mucho más que ver con el enfermo que con la enfermedad. La enfermedad es el predicado. Pero ¿Qué nos hemos preguntado del sujeto? La misma enfermedad está allí como una pregunta abierta demandando qué estamos haciendo con la vida, es decir, la vida, la mente, la consciencia, el sentir, el espíritu, la relación total con el mundo. No puede mejorar realmente el nivel de vida del individuo si no mejora el de la humanidad. No puede mejorar la salud si no descubrimos nuestra indisoluble continuidad con el todo humano, que podemos llamar humanidad, no solo externa sino también esa humanidad interna: Nuestra propia humanidad.
La salud pareciera tener más que ver con ese puente hacia la totalidad, que es la integridad, que con cualquier factor aisladamente considerado, llámese emoción, microbio ó tóxico. En ese contexto relacional somos lo que somos con todo u otro, la otredad nutre la yoidad y en el nosotros conquistamos ese nivel de integridad que podríamos llamar salud. En ese nivel todos los territorios médicos están integrados. El chamanismo y la biología molecular, la cirugía y la psicología transpersonal, las medicinas de la materia con las de la energía. La biocibernética y las ciencias de la consciencia. Reflexiones de la luz sobre el diamante de mil caras de la evolución del mundo, la medicina del hombre es una y diversa. Su diversidad expande su riqueza cultural desde la unidad esencial del ser humano. Y ésta unidad contrae su diversidad en el núcleo de humanización que hace de cada hombre uno con toda la humanidad. Células del cuerpo humano, ya no un cuerpo de moléculas y tejidos y órganos, sino un cuerpo de sociedades, culturas y propiedades emergentes, que en la humanidad continúan la corriente única de la vida.

Jorge Carvajal Posada
3/28/2008





HUMANIZAR





Rescatar la integridad, la totalidad, nuestra Alma humana, ver la dimensión molecular y emocional o mental como notas de la misma sinfonía espiritual, es el reto de la nueva medicina.


Cuando así, entonces, humanidad en proceso de humanización continuo, el hombre, la mujer, al fin hermanos desde su esencia humana, no confundan su cualidad con su apariencia, ni su cuerpo con su alma, y miren sus nombres y apellidos y bibliotecas genéticas como maravillosos instrumentos de un habitante interior permanente, la consciencia, ya no seremos solo el cuerpo, ya no confundiríamos el sentido de vivir con los sentidos, ni el placer ni el poder con el sentido.

Así, no ya perdido el sentido, más allá de la aversión o el apego o la ignorancia, cada quien podrá revelar lo que en esencia es. Y, en esa dimensión de la conciencia, la salud no se comprará o se venderá, no se tendrá o se perderá, porque allí todos somos salud o integridad.

Rescatar la integridad, la totalidad, nuestra Alma humana, ver la dimensión molecular y emocional o mental como notas de la misma sinfonía espiritual, es el reto de la nueva medicina.
Con cuerpo, con alma, con integridad.

Allí, cada territorio terapéutico será una puerta abierta a la integridad. La cirugía unida a la oración, la religión, y la ciencia integradas en la misma corriente de la creación, percibida ahora como un movimiento de la conciencia, será nuestra nueva visión.

El cambio ya no podrá ser sólo cuantitativo; cambio de técnicas o de dosis no mejorarán nuestra humana salud. El cambio será el de nuestra visión del mundo. Una en la que nosotros seamos parte de la naturaleza y, naturaleza de nuestra naturaleza, la misma naturaleza, mar de la mente universal en la que, mente anclada al corazón, la comprensión amorosa, será nuestra principal herramienta terapéutica.
 
La paz, el amor, la tolerancia, la ternura, la amistad serán los medicamentos de una nueva farmacopea espiritual.


💗


Jorge Carvajal Posada
6/28/2008





martes, 30 de agosto de 2011

LA NUEVA MEDICINA DE LA CONCIENCIA - Dr. Jorge Carvajal Posada







El Ser Humano es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado.

Algunos dicen "no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe", pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.

La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿Qué pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la autosanación.

Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.

Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿Qué cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo.

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle "tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también". Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir.

Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.

Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.

La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.

Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana. El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.

La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse "estoy triste porque no me curé el cáncer", eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.

Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles.
También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.

Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿Cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO. La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana.

Yo sabia cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.

Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación.

La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.








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miércoles, 24 de agosto de 2011

Wirikuta: metáfora de la humanidad plena


El Mara’akame Andrés Jiménez me dijo un día: el Venado Azul es un concentrado de amor que se encuentra en tu corazón. Wirikuta es su templo tal como tu pecho, la sierra donde está el Cerro Quemado son los altares donde se encuentran dibujadas las imágenes de los ancestros con sus velas, flechas, jícaras, eso es como tu cabeza. Los muvieris, bastones de oración, son como el aliento que le da vida a todo. Tus pensamientos son como la cornamenta del venado, el cactus peyote son como tus emociones, el maíz es como tu vientre, en donde te sustentas. Los tres son uno. Los tres emanan la flor de la visión de un ser humano completo que abre su corazón a los cuatro rumbos. Así la Tradición viaja contigo a donde quiera que vayas. Así peregrinas, así no te pierdes.

En la visión del Cantador asoma la humanidad-naturaleza-cosmos. Sin embargo, Wirikuta,hoy día me atraviesan cada uno de tus estados de ánimo. Los oídos sordos de los poderosos tan parecidos a los míos, los ojos ciegos del miedoso inversionista tan parecidos a los míos, la boca llena de palabras rezos acuerdos que se caen en el primer temporal tan parecida a la mía, la razón separadora abrevando en el pasado tan parecida a la mía, el corazón desgarrado pero solo un poquito tan parecido al mío, la desnutrición de inspiración seducida por el progreso tan parecida a la mía, la indiferencia ante el prójimo porque no es tan próximo tan parecida a la mía La humanidad-naturaleza-cosmos se queda a la espera del dialogo mientras los que se dicen implicados se ponen de acuerdo.

Es por eso Wirikuta que apelando a tus recursos mágicos invoco:

Wirikuta templo sagrado, almácigo de semillas luminosas, ven sobre nuestro pobre entendimiento, derrama tu amor concentrado, tu silencio, tu elocuencia, tus flores deidades sobre esta razonable humanidad. Wirikuta, que podamos recordar el arte de trabajar abiertos al resultado sin pretensiones, que la terquedad de medir la vida en base a lo obtenido no posponga la plenitud en cada una de nuestras acciones. Wirikuta en tu trasfondo geográfico el Espíritu sonríe. Es justamente tu Espíritu atemporal el que nunca batalla por la sobrevivencia. En el sentido de la apariencia temporal seguiremos consultándote Wirikuta. Ya ves, cómo hoy dices una cosa y mañana ¿quién sabe?

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