jueves

LA MARIPOSA AZUL







Había una vez un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes.

Las niñas siempre hacían muchas preguntas; alguna de ellas, él sabía responder, otras no.

El pretendía ofrecerles la mejor educación, por tanto mandó a las niñas de vacaciones con un sabio
que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar.

Impacientes las niñas decidieron inventar una pregunta que él no sabría responder.

Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.





“¿Qué vas a hacer?”-

Preguntó la hermana, a lo cual le respondió:

“Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta” 

“Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que esta viva la apretaré y la aplastaré. Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡Será una respuesta equivocada!”

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

-“Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio ¿está viva o muerta?”

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:

“Depende de ti… Ella está en tus manos.”

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro.

No debes de culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos (o no conquistamos).

Nuestra vida está en nuestras manos. Dios nos la dio, como la mariposa azul… Nos toca a nosotros escoger que hacer con ella.


(desconozco autor)


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sábado

La meditación - Dr.Ivan Seperezia








La meditación al permitirnos ingresar mentalmente en un estado de alerta en descanso, transforma, literalmente la bioquímica del cuerpo

Cada célula recibe el oxígeno o combustible para su metabolismo y elimina como desecho el anhídrido carbónico que por la sangre venosa llega al pulmón en donde es eliminado por la espiración. Si hay carencia de oxígeno, su disminución no significa una disminución en la eliminación del anhídrido carbónico celular, debido a que la célula, para no morir sigue metabolizando el oxígeno que queda en la sangre. La disminución del aporte de oxígeno al organismo provoca en la sangre arterial una disminución del oxígeno circulante y un aumento del anhídrido carbónico, alterándose el equilibrio del cociente respiratorio. Durante el estado de meditación se comprobó, para sorpresa de los escépticos científicos investigadores, que el anhídrido carbónico no aumenta sino que disminuye a la par con el oxígeno consumido. Es decir se mantiene el cociente respiratorio. Este descenso significa una natural reducción en el nivel metabólico de la actividad celular del organismo, es un "DESCANSO CELULAR" altamente beneficioso para cada célula corporal y para el conjunto en general.

El ritmo cardíaco disminuye al igual que la cantidad de sangre que fluye por las arterias desde el corazón, demostrando todo ello un profundo y armónico descenso metabólico durante la meditación.

  
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martes

LA MIRADA INOCENTE DE JEAN KLEIN











La mirada inocente, libre de pasado y de futuro, abierta a la frescura del instante, es tu mirada original.


Debes cultivar la contemplación, debes contemplar tu cuerpo. Vas a darte cuenta que contemplas la imagen que te has formado de tu cuerpo.



Déjate visitar, encantar, por tu cuerpo.


En ese momento estás completamente receptivo, los esquemas habituales ya no tienen sitio y surge la percepción verdadera, simple, reflectiva.


Para encontrar lo que verdaderamente eres, es necesario, en la práctica, pasar primero por la contemplación de un objeto (tú mismo).


La contemplación no es concentración. El objeto percibido se deja completamente libre.


Lo que profundamente somos se encuentra detrás de toda percepción, detrás de la mente.


Entrégate completamente a ese silencio.


La imagen que tienes de tu cuerpo, la piensas, aparece y desaparece, mientras que el silencio es permanente y tu respiración es una expresión de alegría.


No respires; más bien, déjate respirar, entonces experimentarás que tu respiración no es más que alegría. Alegría simplemente de vivir.


Con el pensamiento dices: "yo soy el autor de mis actos". También con el pensamiento puedes decir: "yo soy el espectador de mis actos".


Estás atado a tus actos en el primer caso, pero estás abierto y libre en el segundo.


El pensamiento que era el vínculo de la servidumbre se convierte en instrumento de liberación.


Toda voluntad es intencionada y nace siempre de una estructura de miedo, de ansiedad, de deseo; la voluntad está animada por la memoria y nos encierra en un círculo vicioso donde no hay creatividad.


Repetimos constantemente los mismos clichés, los mismos procesos, la misma rutina.


La voluntad es necesariamente forzada, no es espontánea; imponemos a nuestro cuerpo disciplinas, exigencias, que son auténticos actos de violencia.


Pero hay otra voluntad más profunda que no procede de la persona que has proyectado, de la persona que conoces....Deja a tu cuerpo que te informe y ponte a la escucha.


De la misma manera, deja a tu cuerpo que te cuente su historia; en una escucha espontánea, silenciosa, descubre tu verdadera actitud interior.


En realidad, en algún momento dado en nuestra vida, nos damos cuenta que no hay nada que buscar, nada que encontrar....que las cosas no están fuera de ti, sino dentro.


Tú eres el conocedor sin el cual nada tiene existencia. Todo lo que buscamos, ya lo somos.


Tenemos siempre la necesidad de afirmar la imagen que nos hemos hecho de nosotros mismos... la "personalidad”, pero la verdadera conducta se crea en cada momento.


Una vez utilizada en determinadas circunstancias, desaparece...Estamos siempre vacantes, sin fijación. Abiertos a la lucidez atenta, a la escucha. Abiertos a cualquier posibilidad y lo que surge de esa posibilidad lo toma el yo verdadero.


Ese yo que nosotros no conocemos, porque no es accesible a nuestra conciencia...


De ahí, que la existencia de una rígida "personalidad" definida, es totalmente hipotética.

Pero...nuestro cerebro ha sido entrenado, condicionado con vistas a un cierto comportamiento y de ello fluyen determinadas reacciones automáticas...en un movimiento horizontal, todo concepto aparentemente nuevo no es más que un reajuste de nuestros pre-juicios, enmarcados en un código de conducta y una extensión de los datos almacenados en nuestra memoria.


Nos han enseñado a percibir en función de una intención, en función de un análisis, de comparaciones, de justificaciones i metas etc.


Pero la vida, - nuestra vida - , no es solamente eso.


En realidad el único fin de todo ser no es esto o aquello,...sino ser.


Ser es suficiente en sí mismo. Ser nosotros, ser auténticos.


Por ahí debemos de partir. El mundo existe porque tú eres.


Tu psiquismo y tu cuerpo forman parte de él.


Esta comprensión instaura inmediatamente una distancia entre ti y el mundo.


A partir de ahí, el mundo aparece en el silencio de la libre observación y se despierta cada mañana al mismo tiempo que tú, y resulta que la conciencia no está en el mundo, sino a la inversa.... y cualquiera que sea el contenido de la conciencia, un recuerdo, un proyecto, una percepción, éste contenido está siempre en el presente.


Solo el ahora existe.


El único tiempo real es el presente que constituye nuestro eje.


Pasado, presente y futuro pueden ser pensados, pero no pueden serlo más que en el presente.


Por lo tanto, no somos nunca "prisioneros del pasado" sino únicamente de la creencia errónea de que ese pasado permanece presente.


Por último, en realidad, no hay nada que enseñar, lo que fundamentalmente somos, no se enseña.


El que "enseña" apunta hacia lo que es susceptible de enseñarse, es decir, hacia su naturaleza verdadera.


Nuestro cuerpo no es más que un esquema cerebral que se establece en nosotros cada mañana al despertar.


Este esquema es, a veces, "torpedeado" por una buena noticia que inmediatamente produce un aligeramiento y nos pone alas.


Por el contrario, una mala noticia desencadena un movimiento centrípeto..., una densificación.


Pero la transparencia no es nuestro estado ordinario.


Tomemos conciencia de que NO conocemos nuestro cuerpo, sino solamente su esquema.


En cuanto a la muerte, lo que viene después, no es más que una conjetura, una curiosidad.


Lo esencial es descubrir la vida.



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